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Barras y estrellas

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Notas

La agenda presidencial de Donald Trump es un misterio político, apenas matizado por las designaciones que realizó después de haberse encontrado con Barack Obama en la Casa Blanca. Y en este contexto, si se revisa el pasado de los designados, Trump tendrá un gabinete integrado por racistas, xenófobos, inversores que acumularon millones por la burbuja financiera de 2008, editores sensacionalistas, generales que aceptan las torturas en Guantánamo y negacionistas del impacto nocivo del Cambio Climático.

Scott Pruitt fue elegido como responsable de la política medioambiental, tras haber actuado como fiscal general de Oklahoma contra las regulaciones firmadas por Barack Obama en línea con la resuelto en Naciones Unidas. Oklahoma es el estado que más utiliza los recursos fósiles (gas y petróleo) y Pruitt siempre se caracterizó por afirmar que el Cambio Climático no se debe por el uso intensivo de la energía no renovable. Para decirlo simple: Trump puso un pirómano a cargo de combatir los incendios en los bosques de Estados Unidos.

Jeff Sessions fue designado Procurador General, que en nuestra nomenclatura burocrática significa Ministro de Justicia. En 1986, Ronald Reagan propuso a Sessions como juez federal en Alabama, cargo que nunca alcanzó por sus comentarios racistas. Desde el 20 de enero de 2017, Sessions va a diseñar y aplicar la nueva agenda de derechos y procedimientos para la administración Trump. Por ejemplo, si la tortura para enfrentar al terrorismo es legítima y si es legal que los hijos del Presidente manejen la fortuna que amasó su padre el Presidente.

Steven Mnuchin será el próximo secretario del Tesoro, que para los cargos en la Argentina implica ocupar el Ministerio de Economía. Es un exbanquero de Goldman Sachs que creo sus propios fondos de inversión de riesgo (Dune y OnweWest). Trump exhibe la pericia de Mnuchin recordando que compró IndyMac Bank por 1.600 millones de dólares y después la vendió por 3.400, en plena crisis económica después del estallido de la burbuja de 2008. El futuro secretario del Tesoro también hizo fortuna en Hollywood: fundó la productora RatPac-Dune, que financió Avatar, American Sniper y X-Men, entre otras superproducciones.

James Mattis, fue nombrado como secretario de Defensa. Se trata de un general retirado con 41 años en los Marines, que exhibe un profundo conocimiento de la historia y una desconfianza visceral a Irán. Lideró batallas importantísimas en Afganistán e Irak y lo llaman Mad Dog, por su carácter personal. Sin embargo, aquellos que le tienen aprecio aseguran que su mejor apodo es el de Monje Guerrero, por su predisposición al conocimiento y la reflexión. Trump tiene con Mattis un aliado incondicional en el Pentágono para sus posibles acciones en Medio Oriente, destinadas a arrinconar a Irán y beneficiar a Arabia Saudita e Israel, en un juego geopolítico que se sabe cómo empieza y no como termina.

General retirado James Mattis, futuro secretario de Defensa. Lo llaman Mad Dog.
General retirado James Mattis, futuro secretario de Defensa. Lo llaman Mad Dog.