Aldo Rico desfiló en los festejos por el Bicentenario de la Declaración de la Independencia. Lo hizo como combatiente en la Guerra de Malvinas.

Es cierto que Rico enfrentó con valor a los ingleses, pero cinco años más tarde se levantó en armas contra la democracia, exigiendo que terminaran los juicios abiertos para condenar a los represores ilegales de la dictadura militar. Ocurrió en Semana Santa de 1987, cuando era presidente Raúl Alfonsín y la Cámara Federal porteña ya había condenado a los excomandantes.

Rico fue el líder del movimiento carapintada que pretendió cerrar todos los juicios abiertos para juzgar los crímenes de Lesa Humanidad. El combatiente de Malvinas puso a la Democracia contra las cuerdas y provocó un efecto dominó que inició con la Ley de Obediencia Debida y terminó con los indultos otorgados por Carlos Menem, quien dejó en libertad a todos los represores del denominado Proceso de Reorganización Nacional.

Creo que el gobierno de Mauricio Macri cometió un error político grave. No merecíamos que Rico, un militar golpista, desfile en los festejos de la Declaración de la Independencia.

No me olvido lo que hizo.