Cristina Fernández de Kirchner no quería concurrir a su último discurso en la Asamblea Legislativa con la denuncia de Alberto Nisman abierta en los tribunales de Comodoro Py. El fiscal federal asesinado había concluido que la entonces presidente, su canciller Héctor Timerman y una facción de esperpentos de su gobierno, firmaron el Memo con Irán a cambio de un formidable negocio vinculado a los granos y al petróleo. Daniel Rafecas, juez a cargo de la denuncia de Nisman, se plegó al reclamo de Cristina y rechazó in limine la denuncia del fiscal federal. Rafecas no aceptó que se abriera a prueba la denuncia, pese a la magnitud institucional de la presentación escrita por Nisman, muerto a pocas horas de haber vinculado a CFK con el encubrimiento penal a los presuntos responsables del ataque terrorista a la AMIA.

La decisión de Rafecas fue avalada por la Cámara Federal (sala I), que habitualmente cumplía todas las instrucciones políticas de Balcarce 50. Los camaristas Eduardo Freiler y Jorge Ballestero avalaron la decisión de Rafecas, y la denuncia de Nisman quedó en la nada, porque el fiscal ante la Cámara de Casación, Javier de Luca, optó por cerrar el proceso beneficiando así a Cristina. De Luca es un soldado de la Cámpora en tribunales.

La decisión política de Rafecas, Freiler, Ballestero y De Luca fue cuestionada por las presentaciones que hicieron dos familiares de víctimas asesinados en el ataque a la AMIA; el titular de la DAIA, Ariel Cohen Sabban, y el fiscal ante la Cámara Federal, Germán Moldes. Respecto a los familiares de las víctimas de AMIA, Luis Luis Czyzewski y Mario Averbuch, solicitaran ser querellantes en la causa que investiga a Timerman, quien en un audio avalado por la justicia aparece reconociendo que el atentado a la AMIA fue realizado por Irán. Esa solicitud ya fue aceptada por Claudio Bonadio, el juez que entiende en la denuncia contra Timerman, acusado de traición a la patria. 

Respecto al presidente de la DAIA, su intención es que Rafecas lo acepte como querellante en la denuncia de Nisman. Y en cuanto a Moldes, su objetivo es anular la decisión de los camaristas Freiler y Ballestero, quienes en cortísimo plazo cerraron la denuncia de Nisman que preocupaba a Cristina. Estos tres frentes confluyen para rescatar la actuación de Nisman y poner a CFK en el banquillo de los acusados.

La decisión de Bonadio complica a CFK, porque a través de la causa Timerman investigará la denuncia de NIsman que Rafecas se negó a tramitar, alegando que no había indicios de encubrimiento en la firma del Memo con Irán. Resta aguardar la obvia negativa de Rafecas — alegará que no se puede ser parte de un expediente que está archivado–, y la decisión de la Cámara de Casación, que deberá investigar la denuncia del fiscal Moldes contra los jueces Freiler y Ballestero.

Ahora, el escenario político a cambiado y hay voluntad judicial para determinar la responsabilidad penal de Cristina y Timerman, que pretendieron imponer un acuerdo con Teherán que violaba la Constitución y el derecho a conocer la verdad en el atentado a la AMIA. Y esa voluntad judicial ya se manifestó con la decisión de Bonadio de aceptar a dos querellantes que tienen familiares asesinados en la AMIA.

No serán días fáciles para la expresidente y su excanciller. En Comodoro Py ya nadie los protege.