Desde New York. Mauricio Macri hará los gestos necesarios en Manhattan para ratificar que pretende colocar a la Argentina en el mundo, tras ocho años de populismo, aislamiento internacional y una agenda geopolítica que tenía una peculiar cercanía con los intereses comerciales de Venezuela, Bolivia, Cuba, Irán, China y Rusia. El Presidente no enfría estas relaciones diplomáticas, pero ha decidido participar en asuntos de mayor influencia estratégica para mejorar la imagen global del país.
La clave de la gira, desde una perspectiva de las relaciones exteriores, será la posición presidencial respecto a los refugiados, el cambio climático, el acuerdo de paz en Colombia, la situación del Mercosur y la reunión que mantendrá con Teresa May, primer ministro de Gran Bretaña. A su vez, Macri tiene una importante agenda vinculada a la economía y las finanzas que incluye una exposición en Wall Street organizada por el diario The Financial Times.
Respecto a los refugiados, el Presidente hará eje en su decisión de crear un organismo que coordinará la llegada de los refugiados sirios a la Argentina. Ese organismo dependerá del jefe de Gabinete, Marcos Peña, y abordara la situación de los refugiados desde su inserción laboral y su conocimiento del idioma, hasta la exhaustiva investigación de inteligencia para evitar que un lobo solitario ingrese al país y gatille un ataque terrorista. Se aguarda un decreto presidencial que especifique las pautas básicas de un programa solidario internacional que ya fue conversado con Barack Obama, Francisco, Ban Ki moon y Ángela Merkel.
En cuanto a Malvinas, el presidente fue enfático. Durante su breve encuentro con los periodistas reiteró que «la soberanía de Malvinas es permanente y no negociable», y ratificó que habrá bilateral con la premier May. Sucede que ambos mandatarios tienen una agenda cargada y se está buscando un momento exacto para cerrar la reunión, que se hará en la sede de las Naciones Unidas. Después de ese encuentro, es probable que funcionarios de ambos países se reúnan en Ginebra para avanzar en la posibilidad de analizar las muestras de ADN de los soldados que están enterrados en las Islas Malvinas. Ese sería el primer avance en una relación diplomática que fue oscilante desde la caída de Puerto Argentino.
El discurso de Macri ante las Naciones Unidas se escribe a ocho manos: participan el Presidente, su canciller Susana Malcorra, Peña y el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo. Macri habla el martes en la ONU, y después tomará café con Obama, que se despide de la Asamblea General de la ONU. El próximo año será reemplazado por Hillary Clinton o Donald Trump.
Pese a la conocida cautela diplomática, en Naciones Unidas se vota a Clinton con los ojos cerrados.