Hillary Clinton ya tiene todos los votos que consideran a Donald Trump un patán. Y para ganar, la candidata demócrata debe convocar a millones de electores independientes, que son decisivos para elegir al sucesor de Barack Obama. Sin embargo, Clinton ha lanzado un nuevo spot de campaña que sólo refuerza el voto propio, en lugar de seducir al votante que desconfía de su transparencia política.

La decisión de emitir este spot demuestra que Clinton aún no terminó de comprender que Trump resume la fractura social de los Estados Unidos y que ella debe convocar a los votantes que oscilan entre la abstención o el repudio efectivo al candidato republicano. Si no convoca con un discurso inspirador, habrá abstención. Y si hay abstención, Trump sucederá a Obama.

Obama entiende mejor que Clinton qué está sucediendo en la campaña presidencial de los Estados Unidos. Por eso, se lanzó a un frenético raid en los estados de Ohio y Florida, que son fundamentales para consolidar el voto hispano e independiente que necesita Hillary para derrotar a Donald.

En las últimas encuestas, Clinton empata con Trump, que hasta la semana pasada corría de atrás y su suerte ya estaba echada. Quedan apenas seis días para los comicios, si Hillary no ajusta su discurso y su campaña, Obama cederá el Despacho Oval a Trump.

Y una nueva era iniciará en los Estados Unidos y el mundo.