Carlos Fayt murió con honor y sin causa abierta en Comodoro Py. Una prueba indubitable de honestidad, en tiempos complejos para exmagistrados que administraron justicia muy cerca del poder y sus circunstancias. Fayt fue nombrado miembro de la Corte Suprema cuando Raúl Alfonsín inició la democracia moderna, y renunció al Cuarto Piso de Tribunales después de enfrentar a Cristina Fernández y sus esperpentos. CFK pretendía su lugar para construir una mayoría automática al estilo de Carlos Menem.
Agnóstico, socialista, con 33 libros escritos, Fayt fue una opinión independiente en la Corte Suprema. Crítico del peronismo, enfrentó con sutileza los embates de Menem, Cristina, Eduardo Duhalde y Néstor Kirchner. Una vez se votó a sí mismo para quedarse en el Tribunal, y después -creo- saldó ese error personal enfrentando a gobiernos que querían una Corte plegada a los planes políticos y económicos que se ejecutaban en Balcarce 50.
Me iré cuando quiera y no cuando ellos me manden”, le dijo a Ricardo Lorenzetti en plena ofensiva kirchnerista.
Cumplió.