Japón es el segundo acreedor de la Argentina en el Club de París (Alemania encabeza la lista). Y desde Tokio le dijeron a Alberto Fernández y Martín Guzmán que no había acuerdo posible si no se pagaba un mínimo de la deuda que negoció Axel Kicillof cuando era ministro de Economía de Cristina Fernández de Kirchner.
Alberto Fernández y Guzmán aceptaron el planteo de Japón. Y Argentina pagará 215 millones de dólares este año, y una suma similar en febrero de 2022. Y nada más. O por lo menos esa es la intención del Presidente y su ministro.
Sin embargo, esa decisión política no es aceptada por el board del Club de París, que exige una refinanciación corta de los 2.000 millones que adeudará a partir del pago de febrero de 2022. Japón -de nuevo- avalado por Alemania y Estados Unidos amenaza con declarar el default de la Argentina, si no hay un pago fuerte -la mitad al menos de lo debido- en los próximos doce meses.
Al gobierno le queda cerrar con el Fondo Monetario Internacional (FMI), como paso previo inevitable para acordar con el Club de París. Si acuerda con el FMI, todo podría fluir de manera más sencilla. Pero Cristina Fernández de Kirchner tiene otra idea al respecto, y no coincide con la estrategia ya diseñada por Alberto Fernández y Guzmán.
Si CFK gana la partida adentro del Frente de Todos, Argentina enfila hacia otro default.
Ya lo saben en Washington y París.