María Eugenia Vidal se plantó frente a Mauricio Macri y le dijo que debía renunciar al sueño de la reelección. No estaba sola: Horacio Rodríguez Larreta pensaba lo mismo. El Presidente dijo no. La historia ya es conocida: Vidal y Macri se quedaron afuera del poder institucional.

Vidal hizo su duelo personal y durante meses dialogó en reserva con Rodríguez Larreta, que aspira a suceder a Alberto Fernández en la Casa Rosada. MEV aceptó la propuesta de HRL, y ahora competirá en la Ciudad de Buenos Aires. Tiene el triunfo asegurado.

Rodríguez Larreta no sólo convenció a Vidal. Hizo un trabajo florentino para bloquear la candidatura de Patricia Bullrich, sumar a todo el radicalismo e incorporar a Ricardo López Murphy, que por derecha podía sacarle dos por ciento de los votos porteño. HRL probó que podía liderar, mientras Macri daba charlas sobre populismo en Madrid.

Vidal será candidata a diputada nacional, sumará alfiles propios en el gabinete de la Ciudad y apuesta a la victoria de Rodríguez Larreta en los comicios presidenciales. Pasó dos años caminando por el desierto, y ahora busca una nueva oportunidad.

Patricia Bullrich la mira de cerca.