Alberto Fernández logró un principio de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), tras una larga negociación con Kristalina Georgieva que finalmente fue destrabada por la presión política de la Casa Blanca.

Si el acuerdo no prosperaba, Argentina caía en default y la crisis económica se transformaba en un huracán distópico.

Juntos por el Cambio adelantó que facilitará el tratamiento de la carta de intención del Fondo en el Congreso, ya que el aval de las dos cámaras es indispensable para acceder a los desembolsos que permitirán refinanciar la deuda de 44.000 millones de dólares que Mauricio Macri contrajo en 2018.

Cristina Fernández de Kirchner y Máximo Kirchner se mantuvieron en silencio. No apoyan el entendimiento que alcanzó Alberto Fernández y se guardan la última palabra. Sin aval del kirchnerismo duro, no habrá ley. Y el acuerdo con el Fondo caerá.

Mueve CFK.