Vladimir Putin se formó en la Unión Soviética, fue agente de la KGB y confirmó que los negocios millonarios consolidan el poder político. Putin tambien cree que es posible exhumar al Imperio Ruso, e inició una ofensiva sobre Ucrania que puso en jaque al mundo.
El Presidente de la Federación Rusa multiplicará sus acciones bélicas y cuenta con el apoyo de regímenes autoritarios que ya han demostrado su ferocidad sistemática: Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irán y Siria, entre otras dictaduras.
Putin apostó todas sus fichas, y juega a matar o morir.
La invasión rusa tiene tres posibles desenlaces: Putin gana la guerra ilegal y Occidente acuerda una pax armada, el régimen se cae sobre sí mismo porque no puede resistir los costos -políticos y económicos- del conflictos o Ucrania se transforma en Afganistán.
El Ejército Rojo llegó a Kabul en el 1980, y 10 años más tarde la Unión Soviética era historia contemporánea. Putin conoce los acontecimientos, pero es un dictador.
Y los dictadores pierden la dimensión de las cosas y los hechos.