Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner protagonizan una batalla silenciosa por el poder. El presidente jamás perdonará que La Cámpora y el Instituto Patria hayan conspirado contra su acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Una decisión política que se tomó por instrucción directa de la vicepresidente.
CFK se siente traicionada por el jefe de Estado y no hará nada para recomponer la relación personal y política. Ella considera que el ciclo del Frente de Todos está terminado y que es momento de diseñar otra alternativa de poder hacia las elecciones presidenciales de 2023.
Esa alternativa de poder excluye a Alberto Fernández e incluye a Sergio Massa, que piensa su destino político tironeado por los dos sectores en pugna. Massa está en un cruce de caminos y aún no definió qué hacer en medio de un gobierno sin crédito y una situación política a punto de estallar.
Ante la fractura expuesta del Frente de Todos queda aguardar que movimiento táctico ejecutarán el Presidente y Cristina. Ninguno de los dos quiere aparecer como responsable de la ruptura del gobierno, y ninguno de los dos soporta compartir la gestión política con el otro.
Será una batalla silenciosa que tendrá un solo ganador.