La guerra ilegal de Rusia contra Ucrania está diseñando un nuevo orden global. Como siempre ocurrió, el nuevo orden se asienta sobre la tragedia y la desolación. Y el conflicto desatado por Vladimir Putin no es la excepción.
Miles de civiles han muerto, habrá millones de refugiados y la crisis humanitaria se prolongará en el tiempo. Todavía hay manera de acordar una tregua entre Joseph Biden y Vladimir Putin, y la guerra en Europa crecerá como un espiral sin epílogo previsto.
El Kremlin pretende anexar Ucrania a sus posesiones, y la Casa Blanca desea proteger a sus socios -Europa-, fijar nuevas reglas mundiales y confirmar que habrá un nuevo G2: Estados Unidos y China.
Mientras tanto, los combates continuarán noche y día, las fosas comunes serán una constante en la zona de Mariupol y Volodimir Zelensky -presidente de Ucrania- hará lo necesario para que su país no se convierta en la variable de ajuste de Washington, Moscú y la Unión Europea.
Tarea difícil.