Cristina Fernández de Kirchner ejerció el poder sin contemplaciones y la condena en la Causa Vialidad es el comienzo de su epílogo político. Decidió renunciar a las candidaturas en 2023, ya no tendrá fueros en 2024 y su influencia partidaria empezará a menguar con el correr de los meses.
El peronismo respeta al poder. Y si no lo tenes, pese a la trayectoria recorrida, todo se transforma en una foto amarillenta con el olor impreciso de la nostalgia.
CFK será vicepresidenta hasta el 10 de diciembre de 2023, y a partir de ese día estará a merced de la Justicia. Podría ser una variable del Dogma Menem: no iría a prisión por los fueros, sino por la misericordia de la Corte Suprema. En el Cuarto Piso del Palacio de Tribunales no se busca revancha con los caídos, se los deja flotar en la incertidumbre procesal.
Si la Corte quisiera, el 11 de diciembre de 2023 Cristina viaja a la cárcel de mujeres en Ezeiza.
El poder y la política tiene sus reglas: no se acelera el final de los enemigos en desgracia. Se deja que el olvido cumpla su faena.