Mauricio Macri busca una estrategia para evitar que La Libertad Avanza se fagocite al PRO antes de las elecciones de medio término. Ya tiene una relación distante con Javier Milei, que pretende una Pax Romana. Es decir: si somos aliados, será bajo mis reglas de juego.
El expresidente resiste la conducción de Milei y trata de definir una diagonal que le permita mantener al PRO en carrera electoral. Será una tarea compleja, Macri tiene escasa opinión pública positiva, Milei ha bajado la inflación y empieza a coptar a los dirigentes del PRO que protegen su futuro político.
Las sesiones extraordinarias actuarán como una catalizador. Si la Libertad Avanza y el PRO juegan en tándem, Macri tendrá un respiro en un escenario político adverso. En cambio, si fracasan las negociaciones y no hay sesiones extraordinarias, el PRO corre peligro de extinguirse con el tiempo.
Karina Milei y Santiago Caputo aseguran que no necesitan a Macri para consolidar el proyecto libertario, y no olvidan que Carlos Menem se masticó a la UCEDE de Alvaro Alsogaray en apenas dos años de mandato.