Alí Khamenei, líder religioso de Irán, abrió un canal de negociación con Donald Trump para preservar su proyecto nuclear que le pemitirá tener un arsenal de bombas atómicas apuntando hacia Occidente. El regimen chiíta tiene un proyecto de poder global que implica regresar al Medioevo.
Barack Obama creyó que los acuerdos de 2015 podía frenar las ambiciones fundamentalistas de Teherán, pero diez años más tarde ese pensamiento voluntarista exhibió su falacia: Khamenei está a pocos meses de tener seis dispositivos nucleares.
Trump, pese a las diferencias personales e ideológicas, está repitiendo el error histórico de Obama.
Con las últimas negociaciones entre Estados Unidos e Irán -realizadas en Oman-, Khamenei está ganando tiempo estratégico.
Es regresar a Munich en 1938, cuando Occidente creyó que era posible apaciguar a Hitler.