Santiago Cafiero logró un acercamiento con la Casa Blanca, en medio de la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). No hay una sola posibilidad de refinanciar la deuda heredada de Mauricio Macri -44.000 millones de dólares-, si Joseph Biden no considera a Alberto Fernández un eventual aliado en América Latina.
El Presidente logró liderar de la Comunidad de Estados de Latinoamericanos y el Caribe (CELAC) por los votos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, y este movimiento político causó mucha desconfianza en Washington. Cafiero explicó a Antony Blinken -secretario de Estado- que Argentina no busca una entente con estas tres dictaduras, y que tampoco hay intención de facilitar la creciente influencia de China en la región.
Alberto Fernández viaja a Beijing invitado por Xi Jinping para participar de los Juegos Olímpicos de Invierno que Estados Unidos boicotea junto a Canadá y Australia. Biden se mueve con una lógica geopolítica implacable: la Casa Rosada solicita que el Salón Oval influya en las decisiones del FMI, y a la par hace acuerdos con China que busca desplazar a DC de sus áreas de influencia en América Latina.
Este cálculo de Biden complica al Gobierno. No cierra su agenda diplomática con los intereses globales de la administración demócrata. El canciller argumentó que Argentina pretende profundizar las relaciones bilaterales con Estados Unidos, y que no es un Caballo de Troya.
Si hay acuerdo con el FMI antes de los vencimientos de marzo, ello implicará que Blinken creyó en Cafiero. Por ahora, sólo se trató de un acercamiento diplomático pedido por Buenos Aires y concedido por Washington.