Si el peronismo no tuviera mayoría en la Cámara de Senadores, Cristina a esta hora pasaría su tiempo leyendo entre rejas. Miguel Ángel Pichetto sostiene que los fueros parlamentarios sólo caen con una condena firme, y esa falacia jurídica protege a la expresidente acusada de múltiples actos de corrupción. Los fueros parlamentarios defienden la libre actividad de los legisladores y Cristina está implicada en casos sistemáticos de corrupción cuando ocupó la Casa Rosada. No hay forma de aplicar los fueros para esquivar una prisión preventiva, y la posición de Pichetto es una forma elegante de impunidad.
En las últimas horas, el contador histórico de la familia Kirchner y la viuda de un secretario privado de Néstor ratificaron las distintas maniobras que se hicieron desde Balcarce 50 para encubrir las coimas percibidas entre 2003 y 2015. Si el peronismo no controlara al Senado, ya se hubiera puesto a CFK a disposición de la justicia federal. La prueba recogida es contundente, pero aún no se escuchó un sólo testimonio de los líderes de la oposición justicialista convocando a una sesión especial para revocar los fueros parlamentarios de Cristina.
Esta crisis institucional se puede agravar con el tiempo. Mauricio Macri fracasó en su manejo de la situación económica y CFK puede llegar al balotaje-. Y en el balotaje, un error político mínimo podría colocar a Cristina –de nuevo– en la Presidencia de la Nación. La elección se define por el precio del dólar, los niveles de desempleo y la inflación. Si Macri endereza la economía, CFK puede ir presa a fin de año. En cambio, si fracasa, CFK tiene muchas chances de regresar al despacho presidencial, adonde lideró -acorde a la justicia federal– una asociación ilícita que ejecutó múltiples maniobras de corrupción.
