Sergio Massa cerró una gira por Washington que demuestra sus contactos políticos en la Casa Blanca. Massa se reunió con la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, y Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional, dos funcionarios claves de Joseph Biden que jamás toman café con ministros de Economía de países del Tercer Mundo.
Massa tambien fue recibido por Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Mauricio Claver Carone, titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), y el director gerente de operaciones del Banco Mundial (BM), Axel van Trorsenburg. Fueron reuniones importantes para ratificar los compromisos políticos con el FMI y obtener ayuda crediticia extra desde el BID y el BM.
No fue un hecho casual el volumen político de la agenda que Massa coronó en DC. Si la administración demócrata no tuviera interés en el perfil y la gestión de Massa, todo se hubiera reducido al encuentro con Georgieva y una visita corta y protocolar a la Secretaría del Tesoro.
La Casa Blanca desconfía de Cristina Fernández de Kirchner y asume que Alberto Fernández ha perdido muchísimo poder interno, por eso apuesta al papel que puede protagonizar Massa en la interna del Frente de Todos y en el Gobierno. Massa asume este cálculo político y no desentonó en su discurso frente a Yellen, Sullivan y Michael Pyle, principal consejero económico de Biden.
De todas maneras, en Washington están acostumbrados a la incertidumbre política de la Argentina. Ya vieron caer a Martín Guzmán y Silvina Batakis, y saben que todo es muy complejo en la administración de Alberto Fernández.