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Anomia

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Notas

La renuncia de Martín Guzmán y la designación de Silvina Batakis confirmaron que Cristina derrotó en la Casa Rosada a Alberto Fernández. Guzmán era una pieza clave del programa económico del presidente, y Batakis será la representante de CFK, La Cámpora y el Instituto Patria en el Gobierno. La sucesora de Guzmán no comparte las recetas del FMI para resolver la crisis económica de la Argentina, y ese disenso clave tiene suficiente capacidad para multiplicar la ofensiva de los mercados contra Balcarce 50.

La designación de Batakis también profundiza la anomia de la administración peronista. Alberto Fernández no quiso entregar a Sergio Massa el control real del Gobierno, y optó por ceder el Palacio de Hacienda creyendo que ese gesto político podía contener la avanzada constante de CFK hacia la Casa Rosada.

Fue un error estratégico: Cristina ahora despliega sus fuerzas para ocupar el Banco Central, mientras Massa decidió un repliegue político ante los constantes zigzags del Presidente. Alberto Fernández y el titular de la Cámara Baja habían conversado mucho sobre el destino de la Economía y Guzmán, y al final llamó la atención que todo decantara en la designación de Batakis.

La futura ministra está formada y tiene muchísimos contactos políticos. Pero su designación exhibe la debilidad presidencial y fortalece los temores en los mercados: si el dólar continúa su rush ascendente y el nuevo programa no convence a la opinión pública, Batakis se transformará en otra baja de la guerra pública que protagonizan Alberto Fernández y la vicepresidente.