Luis Caputo se pasó cinco días en Washington explicando su plan de ajuste y su hoja de ruta económica. Con la inflación en baja y el déficit fiscal acotado, el jefe del Palacio de Hacienda aún no resolvió si pedirá un nuevo programa al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Kristalina Georgieva y el staff del Fondo elogian el plan de Caputo, pero exigen que abra el cepo para terminar con el control de cambios. El ministro de Economía no quiere que el FMI controle sus tiempos políticos, y optó por postergar la negociación con el FMI.
Caputo está acordando un REPO con bancos privados, y eso le concede oxígeno financiero: ya anunció que puede cancelar los vencimientos del primer trimestre de 2025, y como concluye el actual programa del Fondo, recién empezará a pagar la deuda de capital en 2026.
A su vez, el gobierno tiene asegurado la extensión del swap chino, aunque persisten las diferencias ideológicas que exhibe Javier Milei con el régimen comunista. El swap fortalece las reservas del Banco Central y beneficia la balanza comercial.
Pese a este panorama auspicioso para el plan de ajuste, el FMI exigió reformas hacia adelante. Caputo posó para la foto con Georgieva, y sonrió.