La visita de Alberto Fernández a Europa corrió al presidente hacia el centro del escenario. Fernández tomó distancia del ala dura del gobierno-Cristina y la Cámpora- y abrió una relación multilateral con Ángela Merkel, Emmanuel Macron, Pedro Sánchez y Giuseppe Conte que lo aleja de la defensa cerrada a Nicolás Maduro, Cuba y la necesidad de tener a China como fuerte aliado regional.
La cercanía presidencial con Europa implica un alejamiento táctico con Donald Trump: Merkel y Macron tienen profundas diferencias con el líder republicano y la construcción de una alianza entre Argentina y ciertos países europeos necesitará mucha flexibilidad diplomática para evitar que esos acercamientos compliquen la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Sin Trump, Alberto Fernández no puede cerrar con el FMI.
La gira europea fortaleció a Alberto Fernández, y deja en falsa escuadra a CFK. El presidente dialoga con cinco jefes de Estado en seis días, mientras la vicepresidente presenta su libro Sinceramente en la Habana, adonde se diseñan las estrategias diplomáticas y militares para sostener al régimen de Maduro.
En pocos días, llega a Buenos Aires la delegación del Fondo para negociar con la Argentina. Será un punto de inflexión: si cierra el acuerdo por la deuda externa como lo esperan en Gobierno, Europa será una palanca multilateral para Alberto Fernández. Si se traba, Cristina Fernández afilará su espada y avanzará contra Washington.