Cristina Fernández de Kirchner no tiene intenciones de habilitar una competencia electoral interna para definir al candidato a presidente del Frente de Todos. Aún más: si Alberto Fernández insiste en patrocinar las candidaturas de Daniel Scioli y Agustín Rossi, amenaza con romper la coalición oficialista y registrar otra alianza partidaria rumbo a las PASO de agosto.
CFK es avalada por Sergio Massa y los gobernadores peronistas, que pidieron una audiencia con Alberto Fernández para profundizar su faena política. Scioli y Rossi ya avisaron que no resignarán sus pretensiones electorales, y se aguardan jornadas complejas hasta llegar al 14 de junio. Ese día se deben presentar las coaliciones y todo se encuentra en ebullición.
La vicepresidenta y sus aliado en el Frente de Todos temen quedar detrás de Javier Milei y los candidatos de Juntos por el Cambio -Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta- y jugarán su resto para empujar una sola nominación que les permita salir de esa encrucijada.
Sólo Axel Kicillof y Sergio Massa podrían evitar esa profecía autocumplida. Pero el gobernador de Buenos Aires no quiere, y el ministro de Economía está acorralado por el índice de inflación y la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Dos variables políticas que no se pueden manejar desde el Quinto Piso del Palacio de Hacienda.