En los tribunales de Comodoro Py siempre se pensó que Carlos Menem había sido el paradigma de la corrupción como Presidente de la Nación. Estaba condenado por el tráfico de armas a Croacia y Ecuador, era juzgado por encubrimiento en la investigación del atentado a la AMIA y su patrimonio personal no cuadraba con sus ingresos públicos declarados. En Py, aún entre sus jueces y fiscales amigos, Menem era considerado el sinónimo de la corrupción política.
Ahora, Cristina Fernández reemplazó al excaudillo riojano. Fue procesada por la venta de dólar futuro, está bajo sospecha por lavado de dinero en las causas Hotesur y Los Sauces, y será citada por encubrimiento en la investigación del atentado a la AMIA, cuando se reabra la denuncia por el Memo con Irán que le costara la vida al fiscal asesinado Alberto Nisman. Son cuatro expedientes que pueden terminar con su carrera política y también con su libertad ambulatoria.
Pero CFK no sólo hace historia en Py por sus causas penales. También por los expedientes abiertos que deben enfrentar sus principales colaboradores en Casa Rosada. Aníbal Fernández deber rendir cuentas sobre los fondos de Fútbol Para Todos, las partidas destinadas a la construcción de canchas de hockey y la multiplicación de las toneladas de efedrina que llegaron a Buenos Aires. Julio De Vido aparece involucrado en la Tragedia de Once, en la compra de vagones a Portugal y España, en la licuación de fondos destinados a los Yacimientos Carboníferos de Río Turbio y en la extraña administración de partidas públicas para editar series de tv que producía su esposa. Ricardo Echegaray está al borde del procesamiento en la causa Báez, deberá esmerarse en explicar por qué permitió que Cristóbal López pedaleara 8.000 millones de pesos que debía al fisco y cómo creció su propio patrimonio personal.
A la situación procesal de Cristina, hay que sumarle el Caso Amado Boudou: el exvicepresidente más corrupto en la historia argentina. Y ambos, Fernández y Boudou, ya se han transformado en la primera fórmula presidencial que ha sido procesada por corrupción desde los tiempos de Justo José de Urquiza (1854-1860). Y un dato más, para magnificar en qué situación nos encontramos: Hipólito Yrigoyen (1930) y Juan Domingo Perón (1955) fueron investigados tras sus derrocamientos, pero se sabía que era una venganza de una facción del Ejército que había terminado con un gobierno democrático.
Acá es distinto. No es ni 1930, ni 1955, como se trata de establecer en una manipulación obscena de la historia argentina. Cristina, Boudou, Aníbal, De Vido y Echegaray, están pagando lo que hicieron durante su ejercicio del poder ejecutivo. Y lo tribunales funcionan en un sistema democrático, con todas las garantías constitucionales vigentes.
Habrá vencedores.
Y vencidos.
