La administración de Joe Biden confirmó que el gobierno de Javier Milei es su principal aliado en América Latina, cuando Lula da Silva coquetea con China, Rusia e Irán, Gustavo Petro enfrenta a la Casa Blanca por su posición en Medio Oriente y Andrés Manuel López Obrador funciona como un socio comercial que tiene su propia agenda internacional.
En apenas dos días corridos en Washington, Nicolás Posse y Diana Mondino fueron recibidos por Jake Sullivan -consejero de Seguridad Nacional de Biden; Yanet Yellen -secretaria del Tesoro-, y Antony Blinken, secretario de Estado. Los tres, en la estructura de poder de la Casa Blanca, son los principales funcionarios del gobierno demócrata.
Posse y Mondino describieron las metas alcanzadas por el programa económico y sus próximas etapas, compartieron el temor por la ofensiva de China en América Latina y se comprometieron a profundizar la lucha contra las bandas criminales de la región que operan junto a las organizaciones terroristas -Hezbollah y Hamas- financiadas por Irán.
Sullivan, Yellen y Blinken elogiaron la gestión del Gobierno, pero insistieron en la necesidad de lanzar medidas económicas que aplaquen el impacto social del plan de ajuste. En Washington temen que las consecuencias del programa de Luis Caputo erosione la presidencia de Milei.
La visita de Posse y Mondino -organizada por el embajador Gerardo Werthein- terminó con un plus que deseaba Balcarce 50: es probable que Milei se encuentre con Biden en la cumbre del G7 en Italia.