Cristina Fernández de Kirchner asumió que el gobierno de Alberto Fernández fue un fracaso y que ella tiene pocas posibilidades de triunfar en las próximas presidenciales. Entonces, por segunda vez en menos de seis meses, reiteró que no sera candidata en el Frente de Todos. Fue un paso atrás para proteger su imagen y su menguante capital político.
La decisión de CFK abrió una pulseada interna que tiene como principales protagonistas a Eduardo «Wado» de Pedro, Daniel Scioli y Juan Grabois, mientras que se aguarda la probable participación de Agustín Rossi y Sergio Massa. Cristina se mantiene en silencio, y definirá su apoyo a un candidato presidencial cuando se conozca el índice de inflación de mayo, y pueda sacar conclusiones respecto a las posibilidades electorales de «Wado» de Pedro.
Si la economía no acompaña a Massa – inflación por encima del 10 por ciento y otra corrida en los mercados-, y De Pedro no levanta en las encuestas propias, CFK apelaría a Axel Kicillof como su candidato presidencial. Se trata de una hipótesis de trabajo que resiste el gobernador de Buenos Aires.
Massa desea competir contra Javier Milei y Juntos por el Cambio -Horacio Rodríguez Larreta o Patricia Bullrich-, pero está condicionado por la economía y su correlato en el humor social. Esa realidad es difícil de cauterizar en apenas tres meses de campaña electoral.