No hay dudas sobre el impacto del aumento de las tarifas públicas y la inflación sobre la capacidad adquisitiva de los salarios. Y tampoco sobre la bicicleta financiera que se avala desde el Banco Central emitiendo Lebacs a una tasa de interés que posterga la posibilidad de tomar créditos para la producción o para el consumo.
Pero los senadores y diputados del kirchnerismo han decidido sacar una ley anti despidos que no tendrá un sólo resultado económico, al margen del rédito político que están buscando desde que perdieron las elecciones presidenciales. Hasta Cristina Fernández, cuando aún ejercía el poder en Balcarce 50, rechazó un proyecto de ley que Mauricio Macri anunció que vetará si finalmente se sanciona en la Cámara de Diputados.
Esto decía CFK, a principios de octubre de 2010, en el Salón Blanco de la Casa Rosada: