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El aliado impensado

El aliado impensado

Notas

Alberto Fernández llegó a la presidencia apalancado en la decisión política de Cristina Fernández de Kirchner. Y desde ese momento, batalla con dos circunstancias clave de su administración: demostrar que no es una extensión de CFK y gobernar acorde a sus ideas y estrategias.

Cristina simula que acompaña al Presidente, pero sólo se trata de una falacia temporal: ya intentó marcar la cancha con los denominados presos políticos -ex funcionarios de su gobierno que están presos por corrupción pública- y con la necesidad de exigir una quita al Fondo Monetario Internacional (FMI), una táctica de negociación que Alberto Fernández descartó desde su llegada a Balcarce 50.

Casi todo el sistema político local, sumada la diplomacia de Occidente (Estados Unidos y Europa), apuestan a fortalecer al Presidente y ralear a la Vicepresidente. Y en este contexto, el FMI es una aliado impensado y poderoso. Sin acuerdo con el Fondo, CFK avanza a posiciones más extremas y alejadas del centro del poder global. Con acuerdo por la deuda externa, Argentina tiene chances de crecer con escaso aislamiento mundial. No es lo mismo Washington que La Habana.

Alberto Fernández sonríe con ironía cuando le recuerdan su posición ideológica respecto al FMI y la actual coyuntura política. El presidente apuesta al FMI para fortalecer su protagonismo adentro del Frente de Todos y su  imagen política ante líderes como Emmanuel Macron, Ángela Merkel y Donald Trump.

Peronismo versión Siglo XXI.