Si la investigación penal no sufre dilaciones de naturaleza política, Cristina Fernández, Máximo Kirchner y Florencia Kirchner subirán los escalones de Comodoro Py para explicar el origen de su colosal fortuna. Ya no le alcanza a la expresidente y sus hijos alegar la sucesión de Néstor Kirchner y sus beneficios extras producidos por alquileres, plazos fijos e inversiones en real state. Los millones de dólares encontrados en cajas de seguridad, los depósitos bancarios y las propiedades escrituradas que ha contabilizado la justicia federal, sobran en valor el patrimonio que Kirchner legó a su clan familiar.
Claudio Bonadio investiga la trama de Los Sauces. Sebastián Casanello a Lázaro Báez. Julián Ercolini los extraños movimientos en Hotesur. Guillermo Marijuan a Cristina Kirchner. Gerardo Pollicita a Flor Kirchner. Federico Delgado a José López. Tres jueces y tres fiscales ponen en jaque una matriz de corrupción pública que se inició cuando Kirchner llegó al poder, a fines de mayo de 2003. Desde ese momento, la obra pública se transformó en un modus operandi destinado a recaudar dinero sucio, pagar coimas y beneficiar a familiares, socios y amigos.
Bonadio procesó a CFK por la causa del Dólar Futuro e impuso un embargo de 15 millones de pesos a la expresidente. Cristina no quiere pagar el embargo y ordenó que parte de su fortuna se escondiera en cuentas y cajas de seguridad a nombre de su hija Flor. Ercolini abrió las cajas de seguridad de Flor y encontró más de cinco millones de dólares. A este número, hay que agregar que Flor ya se había llevado un millón de dólares más, el mismo día que abrió las cajas por instrucción de su madre Cristina.
Florencia Kirchner recibió como herencia de su padre una suma cercana a 20 millones de pesos. Jamás trabajó, jamás ganó un peso por su propio esfuerzo. Entonces, la pregunta que se hizo la justicia federal fue de dónde Flor sacó tanta plata. Esa fortuna -la que se llevó y la que depositó– sobrepasa los 20 millones de pesos que legó Néstor Kirchner.
A la hija cineasta de CFK, los números no le cierran y el fiscal Pollicita ya entiende porqué. Le falta una pericia sobre un CD que fue aportado por una entidad bancaria que uso la expresidente y su hija para depositar sus millones.
Cuando termine la feria judicial de invierno, Bonadio, Ercolini, Casanello, Marijuan, Pollicita y Delgado, pondrán en marcha una segunda ola de investigación sobre las presuntas operaciones ilegales que ejecutaron CFK, sus hijos Máximo y Florencia, sus amigos y sus alfiles Lázaro Báez, Cristóbal López, José López y Ricardo Echegaray. Estos jueces y fiscales de primera instancia están apoyados por las dos salas de la Cámara Federal, en una coordinación inédita para la historia de Comodoro Py. Siempre la Sala I apoyó a Cristina, pero ahora juega a favor de la lucha contra la corrupción, consumando así una acción autoprotectiva que algún día se estudiará en el Circo de Solei.