Alberto Fernández y Francisco tienen coincidencias políticas sobre la agenda global y las consecuencias económicas del gobierno de Mauricio Macri. Sólo tienen un un punto de fricción ideológico: El Presidente considera obvio que Argentina -en pleno siglo XXI- tenga la despenalización del aborto como derecho positivo, mientras que el Papa piensa exactamente lo contrario.

Sin embargo, a diferencia de lo sucedido con Macri, Francisco apuesta al diálogo institucional y a la cercanía personal con Alberto Fernández. El Papa está apoyando al Presidente en su negociación con el Fondo Monetario Internacional, y de hecho promovió un encuentro -que se hará el 5 de febrero- entre Kristalina Georgieva (directora ejecutiva del FMI) y el ministro de Economía, Martín Guzmán.

Esto no implica que el Vaticano se proponga como mediador entre el Fondo y la Argentina. Lo único que significa es que la Casa Rosada es apoyada por el Vaticano en una negociación clave para la administración peronista y la actual situación económica. Si fracasan las conversaciones con el FMI, la crisis se puede profundizar a niveles inéditos en la historia del país.

Además de la deuda externa y la situación económica, Alberto Fernández y Francisco dialogaran sobre América Latina y el Cambio Climático. Como hay cercanía entre ambos jefes de Estado, puede ocurrir que el Papa finalmente cambie su posición y visite la Argentina antes que concluya 2020.

Es sólo una posibilidad. Ya hay otro Presidente en Balcarce 50.