Elisa Carrió desafío a Mauricio Macri y cree que su apoyó político a Cambiemos será suficiente para obtener un perdón presidencial. Macri no olvida y en frío mastica a sus adversarios, aunque aparezcan como aliados o se presenten a sí mismos como la base del sistema democrático. Carrió intenta conducir las relaciones políticas e institucionales con la Corte Suprema y la justicia federal porteña, y Macri ya eligió a otros representantes para influir en ese escenario de poder. La diputada resiste la decisión presidencial y la relación entre ambos cruje con un final que es abierto y poco predecible.
Macri se relaciona con el Poder Judicial a través de Germán Garavano, Gustavo Arribas, Pepín Rodríguez Simón, Pablo Tonelli y Daniel Angelici. Esta brigada oficialista habla con magistrados y fiscales, reúne información clasificada para el Presidente y escucha los lamentos y reclamos de los protagonistas más conocidos de la familia judicial. Es un procedimiento político que se inició en democracia con Raúl Alfonsín y tuvo sus variables económicas con Carlos Menem y el matrimonio Kirchner. Carrió conoce este lobby y también juega sus fichas en Comodoro Py y el Palacio de Tribunales.
Fue un desastre político que el ministro de Justicia, Germán Garavano, avalara que la Unidad AMIA –a su cargo– despegara a los exfiscales José Barbaccia y Eamon Mullen del delito de encubrimiento en la investigación del ataque terrorista a la mutual judía. Y Carrió castiga con razón a Garavano por ese apoyo político, que implicó desconocer la responsabilidad de los exfiscales Mullen y Barbaccia cuando Menem operaba en el juzgado de Juan José Galeano para evitar que se investigara la denominada Pista Siria. Pero Carrió también jugó su influencia para cerrar el juicio político a Daniel Rafecas, quien en dos veces consecutivas bloqueó que la justicia federal investigara la denuncia del fiscal Alberto Nisman contra Cristina y su entorno vinculado a Irán. Carrió hizo lo mismo que Garavano: uso su poder institucional para que resortes vinculados a la justicia actúen acorde a sus intereses políticos.
El juicio empujado por Carrió contra Garavano esconde su intención de influir a solas en Comodoro Py y la Corte Suprema. No hay razón para destituir al ministro de Justicia. La líder de la Coalición Cívica sabe que Macri está débil y puja por un mayor espacio de poder. No hay dudas que Carrió es honesta y contribuyó a desnudar la corrupción del clan Kirchner. Pero su cena con Mirtha Legrand impactó al Presidente y alertó su lado calabrés.
Ya nada será igual entre ambos fundadores de Cambiemos. Ahora, solo están unidos para derrotar al peronismo.
