Sergio Massa asumió como ministro de Economía para evitar que los mercados terminen de quebrar al gobierno del Frente de Todos. Su objetivo de coyuntura es aplicar un programa de estabilidad que permita contener la inflación, fortalecer las reservas y enfriar la cotización del dólar blue.

El titular del Palacio de Hacienda tiene el apoyo público de Alberto Fernández y una foto compartida con Cristina Fernández de Kirchner, que la vicepresidente posteó en Twitter cuando el fiscal federal Diego Luciani aún revelaba su presunta responsabilidad en graves de hechos de corrupción vinculados a Lázaro Báez.

Las posibilidades de éxito de Massa se relacionan con la fortaleza de la tregua política que pactaron Alberto Fernández y Cristina. Si esa tregua se quiebra, el ministro de Economía engrosará la lista que integran Matías Kulfas, Martín Guzmán, Gustavo Beliz y Silvina Batakis.

El dólar, el riesgo país y la inflación trepa cuando hay evidencias de un nueva riña palaciega entre el jefe de Estado y CFK. Ellos se odian profundamente, y aceptaron la entrada de Massa para evitar una nueva crisis institucional.

Ya no se trata -únicamente- de aplicar un programa económico. El eventual éxito de Massa se basa en lograr que Alberto Fernández y Cristina bajen las armas y simulen que los dos coinciden en el rumbo que debería tomar el Gobierno.