José López era un alfil que moviò la mano de Néstor Kirchner, Cristina Fernàndez y Julio de Vido. Durante doce años fue secretario de Obras Públicas y conoce los sobreprecios que se pagaron, las coimas que se cobraron y los nombres de todos los funcionarios kirchneristas que se beneficiaron con un mecanismo de corrupciòn que es inédito en la historia de la Argentina. Si López hablara como arrepentido, Cristina y De Vido pueden terminar presos.
El caso Skanska implicó una denuncia de sobreprecios en la ampliación de gasoductos en el norte y el sur del país. Aparecía involucrado De Vido y, obvio, su secretario López. Como ministro del Interior, Aníbal Fernández trabó la investigación del juez Javier López Biscayart, que ya había probado la utilización de 112 facturas truchas para lavar el pago de coimas. Anibal presentó un juicio político contra López Biscayart y logró que Norberto Oyarbide se hiciera cargo del expediente. que procesó a tres exfuncionarios de rango para evitar que la investigación subiera hasta los alrededores de CFK. Los exfuncionarios amenazaron con tirar del mantel y Oyarbide elevó la causa hacia la sala I de la Cámara Federal, conocida por su complacencia con De Vido y sus amigos. Conclusión: todo quedó en la nada.
Pero López se consideraba un intocable. Y decidió replicar en Tucumán, el mismo modus operandi que usó para Lázaro Báez y sus concesiones en Santa Cruz. El secretario asignaba las obras públicas, decidía los porcentajes de las coimas y coordinaba los vuelos privados que transportaban las bolsas de consorcios repletas de dinero que salían desde San Miguel de Tucumán con rumbo a Buenos Aires. Ese dinero sucio después se trasladaba a sus oficinas, se contaba y se repartía a poderosos integrantes del gobierno nacional.
López también aparece involucrado en una denuncia sobre la corrupción en Vialidad Nacional, que manejaba respondiendo a las órdenes directas del entonces ministro De Vido. El secretario de Estado fue denunciado por administración fraudulenta, abuso del poder e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Tres imputaciones que se suman a la causa que tiene abierta por presunto enriquecimiento ilícito. Este expediente duerme en las oficinas de Daniel Rafecas, un juez federal que sòlo actúa cuando no tiene que enfrentar al poder real de la Argentina.
Ahora Rafecas puede usar la causa de López para demostrar que es un juez que entiende los nuevos tiempos institucionales. No se le pide demasiado: López apareció con más de 10 millones de dólares que no puede justificar con su última declaración jurada, De Vido ya no es más ministro y CFK observa shockeada que su futuro político está en coma. Si Rafecas decide actuar ajustado a derecho, De Vido y Cristina jamás olvidarán el invierno de 2016.