Alberto Fernández deseaba pelear por su reelección, pero la situación económica, la interna palaciega y su raquítica imagen pública desembocó en una decisión política que anunció a través de un clip que publicó en sus redes sociales. El presidente dilató esa decisión hasta que la coyuntura obligó a adelantar los tiempos, mientras su relación ya es inexistente con Cristina Fernández de Kirchner.
El presidente cree que podrá influir en la estrategia electoral del oficialismo y que participará de las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI), dos hechos políticos que podrían demostrar que aún preserva cierto poder en la agenda del Gobierno y el peronismo.
Sin embargo, Alberto Fernández deberá batallar adentro del Palacio para participar en la hoja de ruta hacia las PASO y en las conversaciones reservadas que Sergio Massa protagoniza con Kristalina Georgieva, Gita Gopinath y los directores más influyentes del board del FMI.
Los candidatos a presidente que tiene el Frente de Todos no considerarán la opinión del jefe de Estado. Juan Grabois y Eduardo «Wado» de Pedro responden a CFK, mientras que Daniel Scioli asume que un contacto público y cercano con Alberto Fernández podría afectar sus posibilidades en las PASO.
Asimismo, la relación política y personal entre el presidente y Massa se mueve en zigzag, y es poco probable que el jefe del Palacio de Hacienda comparta su información privilegiada con Alberto Fernández. Massa sabe que el presidente escucha a Martín Guzmán, y no tiene intenciones de quedar bajo la mirada de su antecesor con los datos que obtuvo de manera personal en sus contactos en el FMI y la Casa Blanca.
Le quedan menos de ocho meses al Gobierno que comparten Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner. Será un tiempo complejo e inolvidable.