Cristina Fernández de Kirchner está acorralada por el fiscal federal Diego Luciani. No habrá defensa legal posible que evite una condena por corrupción pública. Si se aplicara el mínimo legal, la vicepresidente debería sufrir un condena de ocho años como mínimo.
Cristina sabe su futuro procesal y usa su poder de fuego en Twitter para intentar una salida que es casi imposible. La evidencia es contundente, y no tendrá posibilidad de aplicar su poder menguante para trabar un fallo condenatorio que será histórico.
Lázaro Báez construyó su fortuna con el apoyo político de Néstor y Cristina, y por la prueba recolectada en la Causa Vialidad, el expresidente -fallecido- y la vicepresidente se habrían beneficiado con ese entramado de negocios, decisiones administrativas y abuso de poder.
CFK ya pensó en su protección jurídica: en 2023 sería candidata a senadora nacional por la Provincia de Buenos Aires. Si tiene fueros, escaparía a la prisión, como sucedió con Carlos Menem.