Mauricio Macri ya decidió ocupar el centro del escenario político, al margen de su imagen pública, su relación institucional con Alberto Fernández y las diferencias estratégicas que tiene con sus socios en Juntos por el Cambio. Macri cree que la oposición no tiene un liderazgo nítido y optó por dar un paso hacia adelante apoyado por Patricia Bullrich, titular del PRO.
Hacia adentro de Juntos por el Cambio, Macri está solo. Horacio Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, Alfredo Cornejo y Elisa Carrió, por ejemplo, consideran que el expresidente cumplió su ciclo, que debe ser un ícono de la resistencia al Frente de Todos y, fundamentalmente, permitir que las nuevas generaciones se hagan cargo de liderar la oposición institucional.
Macri hará un raid por los medios de comunicación tras el Banderazo del 12 de octubre, y pondrá a prueba la paciencia de Rodríguez Larreta y Cornejo, dos referentes de la oposición que tuvieron fuertes diferencias con el expresidente cuando se aferró a una estrategia electoral que probó su fracaso.
Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner ya saben que Macri vuelve a la política y consideran que será una pieza clave de la oposición en las elecciones de medio término. El exPresidente cuenta con ese análisis para desplazar a sus actuales socios políticos: si es la pieza esencial de la oposición, debería ser el candidato en 2023.
En Juntos por el Cambio, no todos piensan lo mismo.