En su discurso de ayer frente a la Asamblea Legislativa, Javier Milei adelantó que enviará al Congreso un pedido de aprobación del acuerdo que cerrará con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en las próximas semanas.
Se trata de respetar la denominada Ley Guzmán, que el FMI valora pero que no considera vinculante para la decisión final de board. A los directores del Fondo les alcanza con el apoyo de Donald Trump, que tiene a Milei como su principal aliado estratégico en América Latina.
En este contexto geopolítico, el FMI concederá un desembolso extra a la Argentina, que Milei y Luis Caputo utilizarán para fortalecer las reservas del Banco Central y abrir el cepo financiero.
Sin embargo, cuando el Presidente cumpla con su palabra y envíe al Parlamento el pedido de autorización de endeudamiento, la oposición desplegará un fuerte debate en contra.
Es año electoral y todo se ajusta a su guión político.
Será fuego de artificio: los opositores de hoy, en algún momento del siglo XXI, ya han negociado con el FMI para obtener un respiro financiero y preservar sus espacios de poder.