Donald Trump presentó un plan para Gaza que es apoyado por Israel y rechazado por todos los estados árabes, la organización terrorista Hamas y la mayoría de los miembros de la Unión Europea.
El plan consiste es trasladar a casi dos millones de palestinos desde la Franja a hacia un puñado de países que aún permanecen inciertos. Cuando el traslado se corone, Estados Unidos se haría cargo de la reconstrucción de Gaza para transformarla en la Riviera de Medio Oriente, acorde a la definición utilizada por el presidente de los Estados Unidos.
Trump asume que Arabia Saudita, Egipto y Jordania estarían avalando su iniciativa para Gaza, pero desde Riad, El Cairo y Amman aseguraron lo contrario. Consideran que el proyecto de la Casa Blanca podría complicar la tregua entre Israel y Hamas, y creen que no es solución desplazar a los palestinos y transformar a la Franja en un sitio exclusivo de veraneo.
El líder republicano confía en su poder global para convencer a los países remisos de Medio Oriente. Un acto de voluntad personal con escasas probabilidades de prosperar, mientras un milagro político mantiene la tregua en Gaza.