(Desde Shanghai). Un número y una letra, juntos, implican la batalla geopolítica más importante que se está librando por estas horas: 5G, la Quinta Generación, es la futura red tecnológica que conectará al mundo y sus cosas con la velocidad que se tarda en tocar una tecla del celular. Sólo la carrera nuclear que enfrentó a Estados Unidos con la Unión Soviética puede ser un punto básico de comparación histórica para entender la significancia global que encierra la disputa del 5G. En los próximos años, para cuantificar el poder mundial de los Estados, se deberá agregar a las categorías clásicas (dimensión del territorio, fuerzas armadas, PIB, población), la capacidad para desarrollar y mejorar redes de Quinta Generación.
Hace cuarenta años, Shenzhen era un pueblo de pescadores que padecía la opulencia económica y financiera de Hong Kong. Actualmente es una ciudad poderosa, repleta de rascacielos y con una vocación tecnológica que en otra época detentó únicamente Silicon Valley. En Shenzhen, con la participación de más de 600 analistas financieros, líderes de opinión y expertos mundiales, la empresa china Huawei organizó su cumbre anual Global Analyst Summit, adonde quedó explicitado que la tecnología de Quinta Generación será clave para que la humanidad continúe su avance hacia el futuro inmediato.
En 2025, se calcula que 2.8 mil millones de personas alrededor del mundo usaran tecnología 5G. Y esa tecnología servirá para los usos corrientes del siglo XX y para las necesidades del siglo XXI: internet de las cosas, autos inteligentes, seguridad e inteligencia a nivel global. Huawei está al frente en el desarrollo de la Quinta Generación y se encamina a cerrar acuerdos comerciales con las principales compañías de comunicación del planeta. Donald Trump asegura que la compañía china recibe fondos estatales y que es una herramienta de ofensiva militar. Hasta hora, el presidente de los Estados Unidos no aportó una sola evidencia firme en contra de Huawei y su verdadero objetivo es ganar tiempo para poner a la industria americana a la par de su principal competidor en China.
Una letra y un número. El futuro está encerrado en la sigla 5G. Será una batalla larga y compleja. Técnica y críptica. No habrá un sólo ganador. La tecnología ya es un hecho social, imposible de controlar desde un despacho ubicado en Washington o Beijing.