La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, abrió un seminario sobre narcotráfico, terrorismo y ataque cibernético que organiza su cartera junto a la Embajada de Israel en la Argentina. El salón estaba repleto de miembros de las fuerzas de seguridad, diplomáticos, periodistas y representantes de compañías israelíes que intentan vender sus sosfisticados aparatos de inteligencia al Estado Nacional.

Bullrich sorprendió con un dato inédito hasta ahora: una cuota importante de la droga que pasa por Argentina y llega a países del norte de África, después se usa para financiar las operaciones de ISIS en Medio Oriente. «No puedo darte los nombres de los países que se usan como base de operaciones, pero estamos trabajando para resolver este tema clave», me dijo cuando terminó su exposición.

–¿Lo que vos planteas es el mismo modelo que usan con la venta de petróleo crudo en Turquía?–, insistí.

–Exacto. Es el petróleo que extraen de los pozos capturados en su zona de acción liberada, y la droga que atraviesa nuestro país y luego se coloca en países del norte de África. Ya estamos trabajando para fortalecer la cooperación internacional y mejorar los niveles de inteligencia.

«Sé que las Fuerzas Armadas vienen de años en los cuales el Estado las ignoró, las abandonó y eso trajo problemas de presupuesto, de equipamiento y de infraestructura», dijo Mauricio Macri en el acto oficial del Día del Ejército. A pocos metros del Presidente, se encontraba César Milani, el exjefe del Ejército que uso los fondos reservados de esa dependencia estatal para hacer inteligencia ilegal, incluso contra Macri y los principales referentes políticos de la Argentina.

Al protocolo de la Casa Rosada le preguntaron si debían suspender la invitación formal a Milani, debido a su papel clave en el entorno de  Cristina Kirchner. La respuesta fue negativa, para evitar otro foco de enfrentamiento político entre Macri y los restos del gobierno peronista.

El juez federal Sebastián Casanello prepara las valijas para visitar a Francisco en Roma. Fue invitado a un seminario sobre corrupción que tiene el aval del Papa. Casanello aprovechará la ocasión para buscar respaldo político en Santa Marta, frente a las acusaciones de la familia Báez que asegura tener probado su relación con Cristina. Como Hebe de Bonafini, el juez federal piensa que una foto con Francisco mejorará su futuro imperfecto en Comodoro Py, que ya sospecha de su reticencia a vincular a CFK con los negocios irregulares ejecutados por el clan Báez.