Sergio Massa consolida su poder interno en el Gobierno y aguarda la evolución del índice inflacionario para decidir sus próximos pasos políticos. El ministro de Economía sabe que la inflación puede implicar la posible candidatura a la Presidencia o su salida anticipada del Gabinete Nacional.
El índice de noviembre -4,9 frente al 6,3 de octubre- es un triunfo de Massa frente a Cristina Fernández de Kirchner y La Cámpora que rechazan en silencio sus relaciones con el establishment y su plan de estabilización acordado con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
CFK no tiene otro candidato posible que Massa, si encarrila la inflación a la baja cuando sea tiempo de nominar a los protagonistas que jugarán en los comicios de 2023. Eduardo «Wado» de Pedro y Juan Manzur, además del propio Alberto Fernández, tendrán pocas chances ante un ministro que atenuó la crisis económica, es respaldado en Washington y conoce como funciona el aparato peronista.
Massa no lo dice, pero desea jugar por la Presidencia. Apuesta a bajar la inflación y a contar -al menos- con el apoyo tácito de Cristina antes anunciar sus pretensiones.
Si eso sucede, será en mayo.