Hace millones de años, me encontré con Marcelo Tinelli en unas oficinas que tenía en Barrio Parque. Sabía que un juez corrupto quería apretarlo y le avisé para que reaccionara frente a una acusación fraguada que sólo buscaba impacto mediático y el pago de una millonaria suma en dólares. Marcelo actuó rápido y zafó. El magistrado fue condenado y hoy vive en Roma, adonde trabaja como corresponsal de Crónica TV en el Vaticano.
“Te agradezco”, me dijo. Y agregó antes de terminar su café: “la honestidad es lo único que vale”.
El periodista Hugo Alconada Mon, que escribe profundas notas de investigación en La Nación, nos sorprendió con una primicia que afecta al peronismo, al conglomerado Indalo, a la situación jurídica de Cristina Fernández y a Tinelli. Alconada Mon tiene probado que Cristóbal López evadió 8.000 millones de pesos durante todo el mandato de CFK. López se quedó con el Impuesto a la Transferencia de los Combustibles (ITC) que vendía su cadena de estaciones de servicio.
Esta operación sistemática de evasión fiscal pone contra las cuerdas a Ricardo Echegaray, ex titular de la AFIP y actual presidente de la AGN, una institución de raigambre constitucional que debe investigar las acciones del Poder Ejecutivo. Será difícil que Echegaray pueda cumplir con su tarea: primero deberá explicar en Tribunales como hizo López para evadir 8.000 millones de pesos frente a sus ojos.
El propietario de Indalo es muy amigo de CFK y durante cierto tiempo fue socio de la familia de la expresidente. Entonces, no se puede descartar que este caso de evasión sistemática se agregue a las preocupaciones penales que complican el ánimo de Cristina. Echegaray ocupa la AGN por Cristina, su lealtad es perpetua y su inteligencia es tan fina que deberá encontrar un argumento perfecto para explicar cómo López logró quedarse con 8.000 millones de pesos que pertenecían al Estado argentino.
Tinelli tiene la capacidad de influir en la agenda nacional. Por eso Carlos Menem, Fernando de la Rúa, Eduardo Duhalde, Néstor Kirchner y Cristina Fernández usaron fondos públicos para sostener sus proyectos mediáticos y sus emprendimientos nacionales. Si Marcelo condena la corrupción, esa plaga de la democracia se transforma en un hecho mediático que corre sin límites entre la opinión pública. Si Marcelo calla, el robo sistemático ejecutado desde el poder sólo es un hecho político que tendrá un expediente judicial.
Tinelli es socio de López. Tinelli jura que la honestidad es lo único que vale. Tinelli tiene la oportunidad de ayudar –de verdad—a la democracia. Sólo tiene que poner un tuit, escribir una gacetilla oficial, o salir al aire con algún amigo para revelar al público lo que piensa en privado.
El silencio no ayuda.
Está en juego más que 8.000 millones de pesos.