A una semana de los comicios, Hillary Clinton perdió su ventaja en los sondeos electorales. Donald Trump recortó las diferencias, y ambos candidatos están empatados, si se descuenta el error estadístico. Hillary cae por sus casos de corrupción que difunden los medios y Donald toma esa información y machaca sin lastima sobre la candidata demócrata. En el electorado independiente, Clinton no puede demostrar que es honesta. Y sin este electorado, Trump tiene muchísimas posibilidades de suceder a Barack Obama. Sería un resultado por default: desconfiados de Hillary, la abstención electoral de millones de independientes abrirá la puerta del Salón Oval a Donald, que se parece al Huevo de la Serpiente.
La campaña electoral encierra una paradoja. Trump es evasor fiscal y machista, xenófobo y con nula experiencia en la administración pública. Pero esa escasez de recursos y de moral, no implicó una desventaja. Como le habla a una sociedad americana dolida por el desempleo y crítica de los inmigrantes, Donald pierde muy pocos votos cuando los medios ventilan sus miserias.
Clinton, en cambio, aparece como una funcionaria experimentada que ha pasado sus últimos 30 años vinculados al poder. Precisamente, esa vinculación con el establishment juega en contra de la candidata demócrata, que aparece involucrada en presuntos casos de corrupción a nivel mundial.
Una muestra de su opacidad, se publicó en el País de Madrid con la firma del periodista Francisco Peregil. La nota tiene como título Las excelentes relaciones de Hillary Clinton y Mohamed VI.
«Entre los 4.000 mensajes robados al jefe de campaña de Hillary Clinton, John Podesta, y difundidos el pasado 13 de octubre por la organización Wikileaks hay algunos que dan fe de la excelente impresión que causa el rey de Marruecos, Mohamed VI, en la candidata demócrata a la Casa Blanca. En uno de esos mensajes se transcribe el discurso pagado que pronunció Hillary Clinton en Wall Street en enero de 2014 ante General Electric y en el que animaba a invertir en Marruecos: ´Le doy al rey Mohamed VI un enorme crédito por la forma en que está gestionando el proceso de cambio en Marruecos´, señaló. ´No sé lo que el futuro le deparará a Marruecos pero es un país en el que me gustaría aconsejar que se invierta, porque parece haber hecho una transición, al menos en la primera fase, exitosa´.
Una semana después Wikileaks filtró otros mensajes que reabrieron un debate sobre supuestos pagos de Mohamed VI a la Fundación Clinton. Huma Abedin, consejera de Clinton, indicaba en enero de 2015 a John Podesta que el rey de Marruecos se había comprometido a donar a la Fundación Clinton 12 millones de dólares (11 millones de euros), “aproximadamente”, si Hillary Clinton asistía a una conferencia del foro Clinton Global Initiative (CGI), para el desarrollo de África y Oriente Próximo.
No existe constancia, sin embargo, de que Mohamed VI haya donado 11 millones de euros a esa fundación. No obstante, el pasado abril, el sitio digital estadounidense politico.com desveló que la empresa estatal marroquí exportadora de fosfatos OCP había donado al menos un millón de dólares a la Fundación Clinton para celebrar la conferencia en Marraquech.
Hillary Clinton canceló su presencia en Marruecos una semana después de airearse esa noticia. Y a Marraquech viajaron el expresidente Bill Clinton y su hija Chelsea.
Antiguos empleados de la empresa estatal OCP, habitantes del Sáhara Occidental, declararon entonces a Politico que la candidata “vendió su alma cuando aceptó ese dinero´».
La nota del periodista Peregil exhibe las relaciones de poder de Hillary y los beneficios colaterales que obtiene su marido Bill Clinton a través de su fundación. Esos beneficios, millones de dólares al año y un poder de lobby infinito, están poniendo a Trump cerca de la Casa Blanca.
Imprevisto, pero posible.