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La ultima carga de Moyano

La ultima carga de Moyano

Notas

Hugo Moyano protagoniza su última carga contra un gobierno democrático que decidió disputar sus espacios de poder y domesticar su voluntad de avanzar en una construcción política y económica que hubiera transformado a su familia en una pieza clave del establishment nacional. Moyano tiene causas penales abiertas y la ventaja de un plan económico que no satisface las expectativas sociales, dos circunstancias institucionales que gatillaron su espíritu de sobrevivencia y la necesidad personal de proteger a ciertos miembros de su clan que no pueden justificar su patrimonio. Con ese objetivo propio, el líder sindical corrió las cortinas del escenario y mandó a escena a un puñado de referentes sociales que jamás podrán construir juntos un proyecto de poder a largo plazo.

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A la Plaza de Moyano se movilizan sus aliados gremiales –bancarios, estatales de ATE, Ctera, Suteba y Dragado y Balizamiento–, los movimientos sociales, los restos del kirchnerismo, la ultraizquierda y algunos intendentes duros que juegan su propio partido ante la disgregación del peronismo. El dirigente sindical reunirá una importante concurrencia en su movilización hacia la cartera de Desarrollo Social, pero esa cifra envidiable –se calcula por encima de las 200.000 personas- será la muestra de su debilidad. Moyano convocó y nada más: sus invitados tienen agenda propia, muy pocos lo respetan como dirigente y su futuro imperfecto en los tribunales se conjugará en las próximas semanas.

Incidentes graves durante la reforma laboral. Fueron liderados por la ultraizquierda y favorecieron los intereses de La Cámpora.

Moyano ya declina por sus causas penales y su dependencia estructural de sindicalistas, políticos y dirigentes sociales que no conjugan con su ideología y sus métodos para crear una fortuna con la construcción de inmuebles y sanatorios, la confección de uniformes, la contratación de seguridad para empresas y las opacas conexiones que vinculan su contabilidad familiar con Independiente, la obra social de camioneros y la empresa postal OCA. Al líder peronista no le cierran los números de los balances, y a partir de marzo su vida personal podría cambiar para siempre.

Será el turno de la justicia. Que en estos meses optó por las evidencias, en lugar de medir las fuerzas que puede reunir Moyano y sus socios de ocasión.