La ausencia de un acuerdo institucional entre Alberto Fernández y Juntos por el Cambio transformará al Congreso en un laberinto político. El Presidente insiste con la Reforma Judicial, Cristina Fernández empuja la colonización de Comodoro Py y Maximo Kirchner pretende aprobar el impuesto a las grandes fortunas: todos temas ajenos a la agenda que propone Juntos por el Cambio.
Hasta hace unos días, Mauricio Macri y Patricia Bullrich representaban el ala más dura de la oposición, mientras Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal se mostraban más proclive al dialogo político con Olivos. Pero ese paso intermedio quedó obturado, y la tensión institucional crece en términos infinitos.
Se acerca la discusión del Presupuesto Nacional 2021, la negociación de la deuda externa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el programa para atenuar la crisis económica post COVID-19, tres hechos clave de la agenda institucional que seguramente necesitará de consensos entre el oficialismo y la oposición.
Sin acuerdo, el sistema corre peligro. La crisis golpea a toda la sociedad, y hay una exigencia infinita a la clase política. Un reclamo común que, insatisfecho, puede desembocar en un acontecimiento social que sobrepase a todos los dirigentes del Gobierno y de Juntos por el Cambio.
Por ahora, ni Alberto Fernández ni Mauricio Macri intentaron acercar posiciones. Un error político que puede costar caro a todos.