Javier Milei triunfó en las PASO y se dirige a la Casa Rosada con un programa de gobierno que puede transformar a la democracia en papel picado. El líder de La Libertad Avanza logró capturar la desilusión y el descontento de siete millones de argentinos que ahora optaron por un salto al vacío hartos de esperar que la clase política cumpla con sus promesas.
Milei tiene un discurso teórico de imposible cumplimiento en Balcarce 50. No tiene equipo para gobernar, no tiene mayorías en el Congreso, no tiene vínculos con la oposición y apenas lo conocen en Estados Unidos y Europa. El candidato de la Libertad Avanza es sólo una fuga hacia adelante con final distópico.
Pero al otro lado del tablero electoral, la situación política no ofrece un panorama más optimista. Sergio Massa se autoimplosiona con sus medidas económicas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y Patricia Bullrich tiene la difícil tarea de cerrar las heridas internas con Horacio Rodríguez Larreta y disputar el voto duro con Milei.
En este contexto, Milei puede llegar a la Presidencia empujado por la crisis del sistema democrático, el ajuste que hace Massa por instrucción del FMI y la interna abierta en Juntos por el Cambio. Sí así pasara, el futuro ya no será ni imperfecto.