La estrategia de negociación de Benjamín Netanyahu para lograr un cese del fuego en Gaza y la libertad de los rehenes es resistida por la sociedad israelí, su gabinete de guerra y la Casa Blanca. El primer ministro exige condiciones de seguridad en la Franja que deja sin margen de maniobra a los negociadores oficiales y ponen en extremo peligro a los secuestrados que aún están con vida en Gaza.
Durante su último encuentro oficial, Joseph Biden solicitó a Netanyahu que aplaque sus exigencias sobre el denominado corredor Filadelfia, una zona en el sur de Gaza que se ubica sobre la frontera con Egipto. Netanyahu prometió limitar sus reclamos, pero dos semanas más tarde nada había cambiado en la mesa negociación.
La intransigencia del primer ministro profundiza la tensión interna en el gobierno de Israel y multiplica las marchas de protesta en las calles de Tel Aviv y Jerusalem. Mientras tanto, los rehenes judíos continúan a merced del terrorismo, que puede asesinarlos frente a un peligro inminente para sus posiciones en Gaza.
Netanyahu optó por la seguridad en el corredor Filadelfia ante la posibilidad de cerrar una tregua con Hamas que signifique la libertad de los cautivos.
Una decisión política equivocada: con el paso del tiempo, los rehenes seguirán cayendo. Y en las actuales circunstancias en la zona de combate, los terroristas ya no están usando el corredor Filadelfia para contrabandear armas desde Egipto.