Oscar Parrilli es Cristina Fernández de Kirchner. Y hace todo lo que Cristina ordena, sin importar qué o quién está enfrente. Hasta hora, el senador justicialista se movía en las sombras. Pero la Reforma Judicial terminó con la diplomacia política y exhibió la confrontación que existe entre la Vicepresidente y Alberto Fernández.
Parrilli trastocó las intenciones del Presidente y modificó un artículo de la Reforma Judicial que transformó a los medios de comunicación en un blanco móvil. Se trata del artículo 72 inciso e) del dictamen oficial, un esperpento jurídico que coloca a los periodistas a merced de la opinión de los jueces federales.
Es una Cláusula Mordaza, diseñada por CFK, redactada por Parrilli y aprobada por el bloque de senadores peronistas. Alberto Fernández y su ministra de Justicia, Marcela Losardo, se enteraron con el hecho consumado. Nadie los consultó, nadie les informó, nadie les avisó.
El jueves próximo, la Reforma Judicial será tratada en la Cámara Alta. Si la Enmienda Parrilli no es anulada del dictamen oficial, ya no habrá dudas sobre el poder real en Olivos. Una encrucijada institucional que solo Alberto Fernández puede dirimir con la Vicepresidente.