Mauricio Macri no hará nada para limitar el acceso a contratos de obras públicas que pudieran ganar sus amigos y familiares. Macri llamará a licitación a cientos de obras, por millones de dólares, y contestará todas las denuncias que se abran en su contra por los presuntos delitos de abuso de poder o incumplimiento de los deberes del funcionario público. “Tengo la conciencia tranquila. Todo se ejecutará con transparencia. Y no puedo limitar la actividad profesional de aquellos que conozco durante años, porque ahora soy el Presidente”, comentó en una reunión ocurrida hace unos días en Olivos.
–Tu primo Calcaterra se corrió. Tu amigo Caputo, ¿hará lo mismo?—, le preguntó uno de los invitados a esa tertulia.
–Depende de él. Yo no limito a nadie. Algunas veces ganará, y otras perderá. Siempre con transparencia. Las obras son para la gente, y no como vehículo de la corrupción–, contestó Macri, mientras tomaba su Coca Cola diet.
Elisa Carrió tiene un entuerto personal con Ricardo Lorenzetti, presidente de la Corte Suprema. Hace unos días, en una reunión reservada en Olivos, comparó a Lorenzetti con Lázaro Báez, y en la misma andanada incluyó a Sebastián Casanello, el juez que investiga la causa Hotesur, un expediente penal que puede poner presa a Cristina Fernández. Macri recordó que Casanello era secretario de la Cámara que confirmó su procesamiento en una causa que tramitó Norberto Oyarbide, y que luego el propio Casanello sobreseyó días antes de asumir en la Casa Rosada. Casanello instruye ahora la causa Panamá Papers, que involucra al Presidente como imputado por supuesta “omisión maliciosa”.
Si no hay cambio de ritmo en Comodoro Py, Cristina y Amado pueden hacer historia. Fernández ya está procesada por Dólar Futuro y Boudou por Ciccone, lo que implica que ambos pueden estar bajo juicio oral en forma simultánea. No hay antecedentes en todo el mundo, a lo largo del siglo XX y lo que va del XXI, que una expresidente y su exvicepresidente tengan que enfrentar casos de corrupción cometidos durante el mismo período que compartieron el poder.
Susana Malcorra quiere ser la primera mujer en ocupar la Secretaría General de Naciones Unidas. Para ello, debe sumar el apoyo de los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, que son Estados Unidos, Rusia, China, Inglaterra y Francia. Si cualquiera de estos países –que son miembros permanentes por haber ganado la Segunda Guerra Mundial–, se opone a la candidatura de la actual canciller argentina, todo está terminado. Se espera una llamada importante desde Londres, y alcanza con que no haya veto por parte del gobierno británico. Si eso sucede, Malcorra con el apoyo de Macri presentará su candidatura en la ONU.