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Salud presidencial

Salud presidencial

Notas

La salud presidencial causó una crisis de Estado durante el G20 de Bali. Alberto Fernández no participó de las sesiones de trabajo dispuestas para analizar la agenda global, y debió ceder su representación institucional al canciller Santiago Cafiero y al ministro de Economía, Sergio Massa.

El jefe de Estado se desmayó dos veces, perdió sangre y fue atendido en un hospital general con servicios médicos que respondía al estándar técnico del siglo XX. Alberto Fernández fue sometido a una endoscopía, y el resultado fue complicado: sufre múltiples úlceras que pueden sangrar ante un pico de presión, el stress constante y la falta de sueño permanente.

Es decir: el presidente superó ese instante grave a fuerza de voluntad personal, se reunió con Xi Jinping y Kristalina Georgieva para evitar que las dos audiencias fueran canceladas, y regresa a Buenos Aires con el compromiso personal de cuidar su salud y mejorar la dieta.

Si Alberto Fernández no acomoda los horarios y reduce los niveles de tensión política, su gastritis volverá a sangrar irremediablemente. Y a partir de ese momento, la salud del Presidente ya será un asunto de controversia política con final abierto.