Ibar Pérez Corradi fue presunto asesino, presunto traficante de efedrina y prófugo de la justicia hasta que Aníbal Fernández abandonó los cargos administrativos que ejerció por cuenta y orden de Cristina Fernández. Ahora Aníbal es Presidente de la Confederación Argentina de Hockey, un puesto que no tiene influencia entre los servicios de inteligencia, las fuerzas de seguridad y los buchones a sueldo que operan en la Triple Frontera. Al borde de la jubilación política, pasará largas horas leyendo expedientes y visitando las oficinas de María Romilda Servini de Cubría, la jueza federal que investiga a Pérez Corradi por el triple crimen de General Rodríguez y la comercialización ilegal de Efedrina.
Como sucedió con la concesión de la obra pública, en el kirchnerismo operó una organización paralela que permitió que ingresaran toneladas de efedrina, un precursor usado para fabricar drogas químicas. Esta organización es investigada por la justicia federal que ya ha dictado ciertos procesamientos. Servini de Cubría probó la responsabilidad de los hermanos Zacarías –amigos de Néstor Kirchner y con puestos en la exadministración peronista–, del extitular del Sedronar José Granero –fue dentista de Néstor Kirchner– y de Héctor Capaccioli, exsuperintendente de Salud. La operación de la Efedrina implicó un negocio ilegal de 450 millones de dólares –entre 2005 y 2008– y el asesinato de Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, tres empresarios farmacéuticos que pretendieron quedarse con el negocio de Pérez Corradi.
La justicia penal determinó que los hermanos Lanatta y los hermanos Schilacci asesinaron a los empresarios Forza, Ferrón y Bina, que ya habían iniciado un negocio paralelo al cartel mexicano que comercializaba la Efedrina alrededor del mundo. Y en la sentencia se determinó que Pérez Corradi había sido el autor ideológico del Triple Crimen de Gral. Rodríguez, tras conocer que los empresarios farmacéuticos hacían negocios a sus espaldas ,
Hasta que Martín Lanatta sostuvo ante el periodista Jorge Lanata que Aníbal Fernández había dictado la orden de asesinato de Forza, Ferrón y Bina. Ese testimonio periodístico terminó con la carrera política de Aníbal y le abrió su propia aventura en Comodoro Py. Pero Fernández no estará sólo frente a Servini de Cubría: también comparecerá Cristina, que en 2007 recibió para su campaña electoral 200.000 pesos aportados por Forza a través de su empresa Seacamp SA.
El proceso llevará tiempo. Pérez Corradi debe ser extraditado a la Argentina y luego decidirá si colabora o no con la investigación de los tribunales federales. A continuación se cotejaran las evidencias que dormían en las fuerzas de seguridad y los servicios de inteligencia, y al final del camino, Servini de Cubría ordenará la citación del actual jefe del hockey nacional.
Aníbal ha dicho; «no lo conozco, ni lo sentí nombrar» refiriéndose a Pérez Corradi.
Veremos. No es la primera vez que miente.